Chiribiquete, explorando los Secretos del Arte Amazonico Ancestral

Chiribiquete, también conocido como la “Casa de los Jaguares», se alza majestuosamente en una vasta área en la Sierra de la Lindosa, en la selva amazónica del sur de Colombia. En esta extensa región de densas selvas se eleva un imponente altiplano que destaca no solo por su excepcional belleza natural y su extraordinaria biodiversidad, sino también por ser un tesoro arqueológico que guarda uno de los secretos más antiguos y enigmáticos del continente americano.

 

Aquí yacen las pinturas rupestres más antiguas jamás descubiertas en el continente americano, y es el sitio arqueológico más extenso de su tipo en el mundo, lo que lo convierte en un lugar único y altamente misterioso. 

 

Estas pinturas rupestres prehistóricas no son solo pictogramas, sino crónicas vivientes. Documentan la evolución y el desarrollo de los ancestros de una civilización fascinante que ha habitado la selva amazónica desde tiempos inmemoriales, y para quienes sigue siendo una patria indispensable hasta el día de hoy. Nos transmiten, con un poder narrativo impresionante, la historia y el legado de estas personas a lo largo de milenios, desde la última era glacial hasta el presente.

Creadas en las rocas de Chiribiquete, cuentan la antigua caza de animales de la era glacial, extintos desde hace milenios, y nos guían a través de las épocas, desde los desafortunados encuentros con los españoles y sus consecuencias devastadoras, hasta los conflictos posteriores durante el auge del caucho, y el retiro hacia la aislación.

Estos dibujos rupestres son una ventana al pasado de la historia humana y evidencia de las experiencias diversas y profundas de nuestros ancestros en este continente. Son testimonios vivientes de la creatividad, la resistencia y la profundidad cultural de las civilizaciones en la selva Amazonica, como también una fuente inagotable de conocimiento histórico y perspicacia que nos muestra cuánto aún queda por aprender sobre nuestro pasado.

 

De esta manera, Chiribiquete no solo nos transporta a un pasado lejano, sino que también nos conecta con un presente lleno de misterio y maravilla. Es un espacio donde la historia y la cultura se fusionan con la naturaleza de forma especial, animándonos a aventurarnos y desvelar los secretos escondidos de la Amazonía y sus misteriosos habitantes.»

El Descubrimiento: Arte, Historia y Misterio en la Selva Amazónica

 

La historia del Parque Nacional Chiribiquete es verdaderamente cautivadora. Todo comenzó cuando Carlos Castaño-Uribe, volando en su Cessna sobre la selva amazónica en la década de 1980, se desvió de su curso debido a una tormenta repentina. A través de las nubes, apareció ante él una vista notable: una meseta emergiendo majestuosamente desde la selva debajo.

Intrigado, circundó la zona, descubriendo una cordillera entera previamente no marcada en ningún mapa. Decidió investigar más a fondo este sitio misterioso.

Regresando un año después en helicóptero, Castaño-Uribe descubrió los enigmáticos pictogramas de la montaña que se extienden a lo largo de una pared de arenisca increíblemente larga de 9 millas, lo que provocó una dedicación de por vida para explorar Chiribiquete.

Sus esfuerzos fueron fundamentales para el establecimiento del parque nacional en 1989.

El arte rupestre encontrado dentro del parque sirve como un libro de historia de milenios, continuamente actualizado por los habitantes indígenas de la región. Estas antiguas pinturas, algunas datadas hasta hace 20,000 años mediante métodos de datación por radiocarbono, muestran la creatividad perdurable y la destreza artística de las comunidades nativas. Desde las representaciones más antiguas hasta las creadas tan recientemente como en la década de 1970, e incluso algunas más jóvenes, el arte rupestre del parque teje un relato de arte, historia y misterio, todo ello oculto hasta hace poco en lo más profundo del corazón de la selva amazónica.

 

La Capilla sixtina del Amazonas

 

Las paredes de arenisca de Chiribiquete están adornadas con una impresionante colección de más de 75,000 petroglifos y pictogramas que revelan la fascinante historia de la humanidad en la selva amazónica a lo largo de milenios. Estas representaciones cautivadoras, talladas y pintadas con esmero en las empinadas paredes de roca, nos ofrecen una mirada reveladora a las creencias profundamente arraigadas, tradiciones venerables y narrativas atemporales de los pueblos indígenas a quienes a lo largo de la historia humana la selva amazónica ha sido su hogar.

No son solo una ventana al pasado, sino también un homenaje a la creatividad universal de la mente humana, un impulso que siempre ha buscado expresar pensamientos y sentimientos a través de expresiones visuales. Estudiar estas obras de arte prehistóricas nos ofrece una perspectiva única sobre el desarrollo cognitivo y cultural de las sociedades anteriores, ampliando nuestra comprensión de la experiencia humana y abriendo nuevos horizontes para nuestra comprensión de nuestra historia colectiva.

Un reino de magia y maravilla

 

Los primeros habitantes del Amazonas practicaron su arte en los acantilados de Chiribiquete, y estas pinturas son un extraordinario testimonio de su cosmovisión. Chiribiquete sigue siendo considerado mítico por varias tribus y se le conoce como la «Gran Patria de los Animales». La diversidad de motivos a menudo realistas, así como el uso de los sitios por comunidades no contactadas para ceremonias, ilustran que este es un lugar mágico y legendario que es considerado sagrado por las tribus que viven allí, y exigen que no sea accesible al público.

Naturaleza, Arte, Cultura y Tradiciones: Prácticas Indígenas para un Futuro Sostenible

 

Chiribiquete es una región que se encuentra en la intersección de cuatro provincias biogeográficas: Amazonía, Andes, Orinoco y Guayana. Esta convergencia ha dado lugar a una extraordinaria diversidad de culturas indígenas, cada una con sus propias tradiciones, lenguas y conocimientos únicos sobre la selva tropical.

 

La zona posee una biodiversidad excepcional que ha sido meticulosamente preservada gracias a la sabiduría y la gestión sostenible de los recursos por parte de sus habitantes indígenas.

Diversos grupos indígenas, entre ellos los Karijona, Nukak Maku y Uitoto, han habitado esta tierra durante miles de años y poseen un profundo conocimiento de sus ecosistemas.

 

Sus prácticas culturales, como la caza, la recolección y la gestión sostenible de los recursos, han contribuido significativamente a mantener la naturaleza virgen y la vida silvestre de la región. Estas comunidades ofrecen un ejemplo vital de cómo vivir en armonía con el medio ambiente. Su profunda conexión con la tierra demuestra cómo valoran y conservan los recursos, y comprenden la importancia de la preservación a largo plazo. Podemos aprender mucho de sus conocimientos tradicionales que se han transmitido de generación en generación sobre las plantas, la agrosilvicultura y cómo vivir del bosque sin destruirlo.

Huellas en el Amazonas: El legado del pasado y el poder del arte

 

Durante mucho tiempo se creyó que América no estaba poblada por humanos hace 20,000 años. Sin embargo, Chiribiquete y los hallazgos de pinturas rupestres en Chile y Brasil del mismo período demuestran lo contrario.

Los primeros pictogramas aparecieron durante la última Edad de Hielo e incluyen representaciones de animales que hace mucho tiempo están extintos y que antes se desconocía que existieran en la Amazonía. Chiribiquete está envuelto en misterio, pero dada la magnitud del sitio, se especula que podría haber sido un centro espiritual, una especie de «Jerusalén del Amazonas».

La exploración de este impresionante complejo está aún en sus primeras etapas, prometiendo muchas sorpresas e invitando a fascinantes hipótesis. En tiempos recientes se ha revelado que hay grupos indígenas no contactados viviendo en estas montañas. Se cree que estas comunidades son los descendientes restantes de los Karijona, que durante mucho tiempo se pensó extintos, y que también se han observado creando arte rupestre.

Las antiguas pinturas de la Serranía de La Lindosa no son solo una colección de imágenes; son un testimonio viviente del poder perdurable del arte y la profunda influencia de la presencia humana en la Tierra.

Siempre he sentido una profunda fascinación por los sitios arqueológicos, y cada uno evoca una emoción distinta en mí. Incluso después de verlos en innumerables imágenes y fotografías, es una experiencia verdaderamente especial verlos con tus propios ojos y sentir su presencia impresionante cuando estás parado frente a ellos en persona.

Según tengo entendido, Chiribiquete podría ser uno de los pocos, o tal vez incluso el único, sitio de tal origen antiguo que aún conserva un significado ceremonial.

Contemplar estas obras de arte prehistóricas en estas paredes de arenisca erosionadas, con su encanto fascinante y belleza primitiva que trascienden tanto el tiempo como las limitaciones del lenguaje, no puede evitar cultivar empatía y sentirse profundamente conectado con las personas que las crearon.

Chiribiquete es un lugar enigmático y misterioso de inmenso significado cultural, parece ser un puente para comunicarse con los espíritus ancestrales. Es un lugar sagrado que susurra historias del pasado, invita a la reflexión sobre el presente y despierta un sentido de reverencia y respeto por la vida y la naturaleza.

 

 

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Escrito por Rolf Friberg

Friberg

Photos © Thomas Peschak

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